Los efectos de la contaminación atmosférica son un problema de salud pública que no podemos ignorar. Una parte significativa de esta contaminación proviene de los compuestos orgánicos volátiles (COVs), un grupo de sustancias químicas liberadas a través del uso de combustibles fósiles, la quema de leña y otras actividades humanas. Entre los COVs, el benceno destaca por su presencia omnipresente y sus efectos potencialmente perjudiciales para la salud humana.
Reconociendo la necesidad de una acción decidida en este ámbito, el Ministerio del Medio Ambiente de Chile ha dado un paso trascendental. Ha publicado la primera norma primaria de calidad del aire para el benceno, un compuesto orgánico volátil, en el país. Esta normativa ha establecido un límite que la sitúa entre las más rigurosas a nivel mundial, demostrando el compromiso de Chile con la protección de la salud de sus ciudadanos y la preservación del medio ambiente.
Esta norma es más estricta que la de la Unión Europea y Nueva Zelanda.
La norma, que ha sido publicada oficialmente en el Diario Oficial, fija un valor de 3 microgramos por metro cúbico (µg/m3N) como concentración anual de benceno. Este límite es más estricto que los establecidos por la Unión Europea y Nueva Zelanda, y está al mismo nivel que el de Japón, una nación conocida por sus rigurosos estándares de calidad del aire.
Además, la normativa no se limita a la prevención a largo plazo. También incluye niveles de emergencia, medidos como concentración de una hora, diseñados para reducir la exposición de la población a altas concentraciones de benceno en el aire. Estos niveles se dividen en Alerta (30-59 µg/m3N), Preemergencia (60-119 µg/m3N) y Emergencia (120 µg/m3N o superior).
Hacia una Transición Socio-ecológica Justa.
El subsecretario del Medio Ambiente, Maximiliano Proaño, ha destacado que la publicación de esta norma es un hito importante para el país. No solo proporciona una herramienta adicional para proteger la salud de las personas, especialmente en las áreas históricamente afectadas por la contaminación, sino que también es una parte integral del proceso de Transición Socio-ecológica Justa impulsado por el gobierno.
Esta nueva norma es fruto de los compromisos adquiridos con la comunidad de Concón, Quintero y Puchuncaví, establecidos dentro del Plan de Prevención de Descontaminación Atmosférica (PPDA) para esta zona. Sin embargo, aunque la norma se centra en esta área prioritaria, su alcance será a nivel nacional, protegiendo a los ciudadanos en todo el país.
La norma también considera los BTEX.
La norma también considera otros COVs, como el tolueno, etilbenceno y xilenos, que junto al benceno conforman los BTEX. Los datos de estos compuestos serán tenidos en cuenta durante el proceso de revisión de la norma, asegurando una supervisión completa de los COVs. La Superintendencia del Medio Ambiente será la encargada de supervisar y garantizar el cumplimiento de esta normativa.
La norma primaria de calidad del aire para Arsénico está en desarrollo.
Esta normativa es solo una de las 40 acciones concretas que el gobierno está implementando en las comunas de Concón, Quintero y Puchuncaví, en un esfuerzo concertado por apoyar la transición hacia un modelo más equitativo en términos sociales y ambientales.
El subsecretario Proaño resaltó que «para nuestro Gobierno es necesario generar las bases para una transformación de las condiciones actuales de estos territorios». Este proceso implica transitar hacia un desarrollo que priorice el cuidado de las personas y el medioambiente a través de medidas concretas. La nueva norma de benceno es un ejemplo notable de estas medidas, pero no es la única. Otras normas importantes, como las relacionadas con el arsénico, las emisiones de las termoeléctricas, y la calidad del aire en la Bahía de Quintero, están actualmente en desarrollo.
Implementación de redes de monitoreo.
Además de estas regulaciones, el gobierno también está instalando equipos de monitoreo que complementarán la labor de la nueva red pública. Estos equipos permitirán un seguimiento más eficaz de la calidad del aire y ayudarán a garantizar el cumplimiento de las nuevas regulaciones. A esto se suma la coordinación con diferentes instituciones para proporcionar una mayor protección a las comunidades afectadas.
Esta acción integral y decisiva del gobierno chileno refleja un reconocimiento de la importancia de un enfoque proactivo y de largo alcance para abordar los problemas de calidad del aire. El benceno y otros COVs son problemas persistentes y complejos que requieren soluciones igualmente persistentes y complejas. Con la implementación de estas nuevas regulaciones y medidas, Chile está demostrando su compromiso con la salud de sus ciudadanos y la protección de su medio ambiente.
Hacia un futuro más saludable y sostenible.
La publicación de esta primera norma sobre compuestos orgánicos volátiles es un hito significativo en la gestión de la calidad del aire en Chile. Pero, más que eso, es una señal de que el país está dispuesto a asumir un papel de liderazgo en la lucha global contra la contaminación atmosférica y sus impactos en la salud humana y el medio ambiente.
El camino hacia una mejor calidad del aire y un ambiente más saludable no será fácil, pero con medidas como ésta, el futuro luce un poco más limpio y seguro para todos. Juntos, podemos trabajar hacia un futuro más saludable y sostenible.