Ayer, 20 de enero de 2025, el presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva para retirar nuevamente a Estados Unidos del Acuerdo de París, repitiendo su acción de 2017.
El Acuerdo de París, adoptado en 2015, es un pacto global que busca limitar el aumento de la temperatura mundial por debajo de 2 °C respecto a niveles preindustriales, con esfuerzos para no superar 1.5 °C. La salida de Estados Unidos, el segundo mayor emisor de gases de efecto invernadero, representa un desafío significativo para estos objetivos.
La retirada podría tener varias implicaciones:
- Aumento de emisiones: Sin las restricciones del acuerdo, es probable que Estados Unidos incremente la producción y consumo de combustibles fósiles, elevando sus emisiones de CO₂.
- Impacto económico: Al desvincularse de los compromisos climáticos, Estados Unidos podría perder liderazgo en tecnologías limpias, cediendo terreno a países como China en mercados emergentes de energía renovable.
- Cooperación internacional: La decisión podría dificultar la colaboración global en materia climática, ya que otros países podrían desmotivarse al ver que una de las principales economías se retira del esfuerzo colectivo.
Sin embargo, es importante destacar que muchos estados, ciudades y empresas dentro de Estados Unidos han manifestado su intención de continuar con acciones climáticas alineadas al Acuerdo de París, independientemente de la postura federal.
La comunidad internacional ha expresado su compromiso de seguir adelante con los objetivos del acuerdo, enfatizando la urgencia de abordar el cambio climático de manera conjunta.
En resumen, la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París representa un obstáculo en la lucha contra el cambio climático, pero también resalta la importancia de la acción colectiva y la resiliencia de los compromisos globales para proteger nuestro planeta. 🌍💚